La desagradable actitud de Alejandra Rubio durante sus vacaciones en Huelva

Alejandra Rubio, hija de Terelu Campos, y su novio Carlo Costanzia continúan disfrutando de su periplo vacacional. Después de visitar Ibiza y Jávea, donde fueron el centro de atención debido al reciente anuncio de su embarazo, la pareja ha decidido dirigirse al sur de España, esperando pasar desapercibidos en El Rompido, Huelva. Sin embargo, su intento de encontrar tranquilidad no ha tenido éxito.

Alejandra Rubio ha mostrado su frustración ante la constante atención con un mensaje claro en su camiseta que decía:  "Odio a todo el mundo". La futura mamá está enfrentando un embarazo complicado, no solo por los cambios físicos, sino también por la oleada de críticas que recibió tras anunciar su embarazo en una exclusiva de la revista '¡Hola!'. Esta decisión fue particularmente criticada ya que, durante meses, Alejandra había insistido en que no comercializaría con su vida privada desde su programa de televisión.

Las críticas han afectado profundamente a Alejandra, quien no ha podido evitar expresar su malestar en el programa 'Así es la vida'. "Normalmente pasaría de lo que dice la gente, pero ahora no puedo", declaró entre lágrimas. También defendió su relación con Carlo Costanzia, asegurando: "Quieren separarme de Carlo, pero no lo van a conseguir".

Alejandra Rubio muy afectada por las críticas

Por su parte, Carlo Costanzia ha manejado la atención mediática con mayor calma. En una aparición en el programa 'De Viernes', donde coincidió con su suegra Terelu Campos, Carlo se mostró tranquilo y contento con su nueva situación económica. Sin embargo, la pareja enfrenta el desafío de los paparazzis apostados fuera de su casa en Vallecas, un bajo a pie de calle. Ante esta situación, Carlo y Alejandra han decidido mudarse antes de la llegada de su bebé, prevista para las próximas Navidades, y están evaluando diversas opciones de vivienda.

A pesar de los inconvenientes, Alejandra y Carlo disfrutan de sus primeras vacaciones juntos como pareja, conscientes de que el próximo año sus viajes incluirán una sillita y pañales. Aunque aún no han revelado el sexo del bebé, la expectación en torno a su llegada añade un poco más de salseo a su vida en pareja.