Agatha Ruiz de la Prada, asfixiada por las deudas, obligada a vender su casa

Ágatha Ruiz de la Prada, ha puesto a la venta el ático que compartió durante dos décadas con Pedro J. Ramírez "el innombrable", como lo llama Ágatha desde que se divorciaron.

Ágatha ha manifestado que ahora que  vive sola, el ático se le ha quedado grande, pero se rumorea que su empresa está atravesando unos momentos difíciles.

También se rumorea que su ex, “el innombrable” y Cruz Sánchez de Lara  , la actual pareja del periodista, se mudan cerca, a tan solo dos portales de distancia, en la Castellana. Ágatha no quiere cruzarse con él bajo ningún concepto.

Los malos resultados de la marca Ágatha Ruíz de la Prada empezaron en plena pandemia. Sin embargo, parece que no ha podido superar aquella crisis.

Según publicaba en Informalia en diciembre de 2021 la diseñadora encontró una salida para su problema económico, aparecer en los medios decomunicación. 

Ese año apareció en portada de ‘Hola’ y visitó los platós de ‘Telecinco’ y ‘Anten3’. En los programas de cotilleo, aprovechaba para atacar a Pedro J. Ramírez y contar todos los novios que tenía.

No se cortó ni un pelo y se apuntó a un programa donde tenía que demostrar sus habilidades, como ‘El Desafío’.

Vende su ático por 7.5 millones de euros

Ágatha se vio obligada a vender uno de sus locales en el centro de Madrid, en la Milla de Oro. Esta venta le permitió seguir con el ritmo de vida que llevaba y mantener su empresa, pero ahora parece ser que los problemas han vuelto.

El ático que ha puesto a la venta por 7 millones de euros. Tiene 500 metros cuadrados, cuenta con un gran salón, cocina, seis dormitorios, siete baños y una biblioteca, entre otras estancias.

Recordemos que no es la primera vez que Ágatha, toma medidas para evitar coincidir con Pedro J.  Cuando en 2017, firmó el divorcio, un año después de casarse tras haber pasado varias décadas juntos, Ágatha apareció en el notario vestida con un burka.

Ágatha pensó que no iba a coincidir con su ex para hacer efectiva la separación.  "Pero no quería jugármela", por si acaso tropezaba con Pedro J. Ramírez en los pasillos de la notaría.