
Yolanda Díaz muy criticada en el funeral del Papa por este bochornoso gesto
Yolanda Díaz y María Jesús Montero asistieron al funeral del Papa Francisco este sábado
Representaron al Gobierno de España. La presencia de ambas fue oficial y protocolaria. Sin embargo, su comportamiento generó opiniones divididas.
El acto tuvo lugar en la plaza de San Pedro, en el Vaticano. La ministra de Trabajo y la de Hacienda llegaron juntas. También acompañaron al ministro Félix Bolaños y al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Los reyes, Felipe VI y doña Letizia, estaban presentes.
Todos cumplieron con el protocolo: vestidos negros, corte midi, cuello cerrado y mangas tres cuartos. La formalidad fue evidente. Pero, antes de la ceremonia, aprovecharon para tomarse fotos. Sacaron selfies con sus teléfonos. Una actitud que llamó la atención de muchos espectadores en casa.
Las vicepresidentas mostraron una imagen más relajada por unos momentos
Sonreían, posaban para las cámaras y parecían desconectar del carácter solemne del acto. Esto llamó la atención en un funeral de tal relevancia. Algunos consideraron que no era apropiado. La imagen de respeto, en su opinión, estaba en entredicho. La rigidez habitual en estos eventos parecía relajarse en ellas. En las fotos, se les vio sonreír y posar. Un comportamiento que generó críticas en redes sociales.

El momento en que visitaron el ataúd del Papa fue particularmente comentado. Nadie se santiguó. Esto sorprendió a muchos. En la cultura católica, esa acción es una muestra de respeto. La falta de ese gesto fue interpretada como una muestra de falta de respeto. Algunos usuarios en X (antes Twitter) expresaron su molestia.
Escribieron cosas como: "Dos chonis sin modales ni educación". Otros señalaron que su comportamiento fue “deleznable”. Un político del PP, David Díez, opinó que no tenían respeto alguno por nada ni nadie. Aseguró que su actitud sería justificada por algunos, pero que para él, fue una falta de respeto clara.
La ausencia del presidente Pedro Sánchez en el funeral también llamó la atención. La presencia de las vicepresidentas fue una decisión del gobierno. Pero la falta de Sánchez generó cierta sorpresa. Algunos pensaron que su presencia hubiera sido más adecuada. Otros creen que la visita de Díaz y Montero fue solo un acto protocolario, sin mayor significado político.
En definitiva, su actitud en el funeral generó opiniones encontradas. Mientras unos valoraron la formalidad y respeto, otros criticaron la actitud relajada y los gestos en las fotos. La polémica está servida. El evento fue histórico, sí. Pero las reacciones a su comportamiento también pasarán a la historia. La imagen que dejaron en ese día será recordada por mucho tiempo.
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