
Montoya a lágrima viva, convencido de abandonar tras su pelea con Manuel
Montoya atraviesa un momento difícil. La tensión en Supervivientes estalló anoche
Todo se desató en el programa 'El Oráculo de Poseidón'. Allí, Montoya y Manuel tuvieron un enfrentamiento tenso. Ambos se cruzaron acusaciones. Manuel afirmó que Montoya "juega con el físico de los demás". Le dirigió una frase que dejó huella: "Es la ley del espejo, mírate a ti mismo". La discusión fue intensa y cargada de emociones.

Tras el enfrentamiento, Anita, su expareja, le brindó apoyo. Ella no dudó en consolarlo. Le aconsejó que ignore las palabras de Manuel. Sin embargo, Montoya no pudo evitar recordar que fue Manuel quien rompió su relación en el pasado. Le reprochó que, por una "vergüenza humana", había destruido su historia de amor. Le dijo: "Por esto te has cargado una relación y mañana vuelves a hacer el mismo papel". Sus palabras reflejaban un profundo dolor y desilusión.
El momento fue tan duro que Montoya no pudo contener las lágrimas
Reconoció que estaba en una situación límite. "Creo que ya no es la comida... esto está siendo muy duro", confesó entre sollozos. Se sentía "desfondado" y sin saber exactamente qué le ocurría. Anita también notó su sufrimiento. Comentó que en Honduras, donde ambos están participando en 'Supervivientes', también se percibe su mal estado. "Hacía mucho tiempo que no lo veía así de mal", afirmó.
A pesar del dolor, Montoya intentaba mantener cierto optimismo. Se dirigió a su público, los 'flamencos', y compartió un mensaje positivo. "Se lo han pasado bien y soy entretenido. Mi premio ha sido ver a esta persona o sentirla", dijo refiriéndose a Anita. Ella, junto con Carmen Alcayde, seguían mostrándole apoyo en Honduras. La amistad y la solidaridad permanecen fuertes en momentos difíciles.

Más tarde, a solas, Montoya conversó con Anita sobre sus tensiones con Manuel. Ella le dio un consejo importante. "Cuando creas que no puedas, hay que tener fuerzas", le dijo. Montoya, en su estado de vulnerabilidad, expresó su agotamiento. "No puedo más... lo hace por la cámara, porque es su momento. Si no, no tiene nada", afirmó. La situación le parecía vergonzosa. Criticaba las acciones y palabras de Manuel. Todo parecía indicar que el conflicto va para largo y que Montoya lucha por mantenerse fuerte en medio de la tormenta.
Este momento revela la fragilidad de Montoya. La tensión en su entorno y sus sentimientos están a flor de piel. La lucha por superar las heridas emocionales continúa. La historia aún no termina. La audiencia espera ver cómo evoluciona esta crisis. La empatía hacia el sevillano crece a medida que comparte su dolor. La esperanza de recuperación y de encontrar la paz interior sigue presente en su camino.
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