Belén Esteban habla, muy enfadada, de política y las redes la tachan de ‘cateta’

Al hilo del éxito del estreno de ‘Ni que Fuéramos Shhh’, Belén Esteban ha vuelto a ser noticia. El nuevo programa heredero de ‘Sálvame’, ha arrancado con récord de visualizaciones en la plataforma de Streaming. Gran parte de la culpa la tienen colaboradores como Belén Esteban.

La Princesa del Pueblo ha concedido este fin de semana una entrevista al diario ‘El País’. En ella la colaboradora repasa su situación actual, y de camino ha pisado algún charco cuando ha sido preguntada por la situación política de nuestro país.

Durante la entrevista, Belén ha compartido una curiosa anécdota, donde se aprecia la importancia que ha tenido su personaje en la gente. "Yo vivo en un pueblo que se llama Paracuellos[Madrid], donde soy superfeliz y hablo con todo el mundo. Pues el otro día me dijo un chico de Canadá que vive allí, y juro que es verídico. Me dijo que empezó a aprender español con mi programa, y parece una tontería, pero es verdad".

Belén Esteban habla, muy enfadada, de política

Pero cuando la “entretenedora”, como se ha autodefinido, ha sido preguntada por la situación política de nuestro país, ha respondido enfadada. “De política he decidido que ya no hablo porque no me ha venido bien, según está todo”. Ha comentado Belén, echando balones fuera. Aunque después sí que ha entrado al trapo.

Según Belén “me saca de quicio que se peleen entre ellos y no hagan nada por el país. En vez de llegar a un acuerdo y mirar por esas familias desempleadas, que no pueden comprar los uniformes del colegio, ni pagar esas subidas del aceite, de la luz, del agua. De esos recibos de basura que parece que tienes un hipermercado en casa, coño, con la factura que te viene”.

Tras esa retahíla de críticas, la colaboradora ha vuelto a decir, “Pero, perdona, de política no quiero hablar. No me conviene". Y no le conviene ciertamente, dado que las redes sociales no han tardado en criticar que Belén se mete a hablar de política. Incluso hay quien la ha llegado a tachar de ‘cateta’. Hay charcos en los que es mejor no meterse, por muy personaje público que seas.