10.000 € de indemnización para un empleado por acoso: motes y faltas de respeto
Un trabajador de Eroski soportó vejaciones e insultos de su encargado hasta que procedió a denunciarlo
La situación laboral que tienen que soportar algunos empleados en sus puestos de trabajo, a veces superan lo inimaginable. Las situaciones de acoso, faltas de respeto o vulneración continuada de sus derechos están cada vez más presentes. El caso que os presentamos es un buen ejemplo de ello.
Un trabajador de la empresa ‘Eroski’, de Veguellina de Órbigo (León), tuvo que soportar malos modos, faltas de respeto y motes por parte de su encargado, hasta que lo denunció. Ahora, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha estimado su demanda por vulneración de sus derechos fundamentales y atentar contra la dignidad e integridad moral del trabajador. La empresa ha sido condenada a pagarle 10.000 euros de indemnización.
Una situación insoportable para cualquiera
Todo comenzó en febrero de 2023 cuando el encargado, sin permiso de sus trabajadores, creó un grupo de WhatsApp. En él enviaba mensajes del trabajo fuera del horario laboral, utilizando un lenguaje muy agresivo. “HAY QUE APRENDER A LEER”; “¿alguien tiene médico, juzgado, prisión u otra cosa que me pueda condicionar el horario?”; “¿estás embarazada?”; “Si tenéis algún problema con LEER decidlo. Tendremos que buscar otro trabajo para vosotros”; “lo único que ya me queda por decir es que si estamos GILIPOLLAS” o “Hostias. Me parece que no es un trabajo tan complicado colocar bien las cosas en su sitio. Por eso no nos piden tener ingeniería aeroespacial para contratarnos. Si no queréis hacer el trabajo como ha de hacerse mejor es que busquéis otro trabajo”.
El trabajador que ha denunciado estaba en ese grupo, y además recibía mensajes privados igual de agresivos. “¿qué tal el partidillo de baloncesto de ayer por la tarde?”; “dale recuerdos a tu novia”; “si no quieres trabajar aquí al menos sé honesto y pide la cuenta. A mí no me la das”. Por si no fuera poco, el encargado puso motes a todos los empleados según su discapacidad: “Turquesa”, “Tiburón”, “Pelosblancos”, “Rubia” o “Bola”, este último era el del demandante.
Además se dirigía a ellos en presencia de otros empleados, clientes y superiores en términos muy reprobables. “Vasallo”, “trabajar lacayos”, “cabrones”, “inútiles”, “no valéis para nada”, “buscad otro empleo”, “no valéis para esto” o “no me pagan lo suficiente”. Y en concreto se refería al demandante como “puto Bola”, “inútil” o “idiota”. Esto provocó que iniciara una incapacidad temporal por razones psicológicas (ansiedad y nerviosismo), en septiembre del año pasado. Fue entonces cuando decidió demandar a su superior y a la empresa. Y ahora la justicia le ha dado la razón.
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