Zinedine Zidane hizo ante el Mallorca este miércoles una prueba que sorprendió a muchos. El técnico francés apostó por un 4-2-3-1 en el que Eden Hazard ejercía de enganche, mientras que Vinicius partía desde la izquierda y Bale desde la derecha.
Con solo dos centrocampistas, Modric y Fede Valverde, el Real Madrid dominó durante casi todo el encuentro y Zidane pudo comenzar a ver cómo funciona el invento.
Ése es el Real Madrid que quiere para el futuro. Zidane se ha dado cuenta de que es importante juntar a los mejores en el campo, y Vinicius y Hazard están entre ellos. Dado que ambos coinciden en su posición, tal vez haya que mover a uno de posición.
Vinicius no se ha acostumbrado nunca a jugar en la banda derecha, pero Hazard quizá sí pueda acostumbrarse al carril central del ataque, por detrás del delantero.
Falta un fichaje para la banda derecha
Para poder jugar con este esquema, al entrenador francés le faltaría contar con un extremo derecho que también pueda trabajar defensivamente viniendo al medio, como podría ser por ejemplo el alemán Kai Havertz. Gareth Bale volvió a dejar claro que no es el hombre.
En el centro del campo, este nuevo esquema podría obligar a Zidane a sacrificar a algún peso pesado. Para poder jugar así, se necesitan dos mediocentros de desgaste, que suban y bajen continuamente. Casemiro puede encajar en ese rol, Fede Valverde también. Y dejar la técnica para los demás.
Esto significaría pérdida de peso en el equipo para jugadores como Luka Modric y Toni Kroos y también la posibilidad de que se produzca la incorporación de algún jugador importante para el centro del campo, como puede ser Paul Pogba.
De momento, este nuevo esquema que Zidane ya estudia en su mente pasó el primer examen. Si le acaba convenciendo, tal vez diseñe la plantilla de la próxima temporada pensando en emplear este sistema de manera habitual, con los cambios que ello conllevaría especialmente en la medular.