Zinedine Zidane se salvó de la guillotina en Barcelona. Lo hizo de la mejor manera, tras dejar muchas dudas ante Cádiz y Shakhtar en Valdebebas, en casa, tanto en Liga como en Champions.
El Clásico del Camp Nou fue su prueba de fuego. A vida o muerte. Y se salvó. Por la puerta grande. Victoria ante el eterno rival y la cuerda del guillotinazo ya aprieta menos. Sin embargo, en Europa, el Madrid se salvó por los pelos del desastre. En el 87' el marcador reflejaba un injusto (y cruel) 2-0 a favor del Borussia Gladbach y el equipo de Zidane estaba contra las cuerdas. Apareció la raza merengue y se salvó quedándose 2-2.
En ambos partidos, tanto en Barcelona como en Alemania, Zizou salió con el mismo once titular. Repitió en dos plazas grandes y en el Borussia Park empezó a meter a Eden Hazard, su fichaje estrella del que poco ha podido disfrutar el madridismo.
Hazard empieza a tener minutos y apunta a la titularidad frente al Huesca en Valdebebas. En el Di Stéfano podría empezar a probar a su tridente predilecto, el que le debe salvar el pellejo, el que tanto quiso tener en la pasada temporada y las lesiones no se lo permitieron.
Zizou quiere apostar por Hazard como titular y, en la misma línea ofensiva, juntarlo con Marco Asensio y Karim Benzema. Son los tres nombres que maneja desde que le dijeron que no habría fichajes. Los tres elegidos para buscar la enmienda en Europa y en La Liga. Tres nombres de un tridente al que le sigue faltando gol. Ese apetito que tenían con Cristiano Ronaldo... Tan necesario.
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Se jugaría un título con ellos
Zidane espera la mejor versión de Hazard y mira, con mucho optimismo, los galones que está cogiendo Marco Asensio en el Bernabéu. El balear está ante su temporada, tras estar en el dique seco, y sabe que con él es un ahora o nunca.
Ambos, junto a Benzema, son los dos atacantes favoritos de Zidane. Son los jugadores con los que se jugaría una final de Champions, a dia de hoy, y con los que fiaría un título. Estando bien, no hay duda: son su tridente.