Zinedine Zidane es un entrenador de ideas claras, con confianza ciega en algunos jugadores, como Sergio Ramos, que son capaces de remontar cualquier marcador en contra.
Así lo demostró el capitán blanco en el último patido de Champions de los blancos cuando, con un marcador con dos en contra, Ramos hacía un gesto hacia el banquillo, dejando claro que tomaba las riendas del ataque madridista.
Junto a Casemiro y Varane en el ataque, y Lucas haciendo de central, el Real Madrid conseguía un empate que sabía a alivio para Zidane.
No tanto para Jovic que, desde el banquillo, era consciente de que el entrenador francés no pretendía ofrecer un juego más agresivo.... y que no cuenta con él dentro del campo.
Jovic no entra en el juego de Zidane, que le quiere fuera
Zidane apuesta, desde hace meses, por una estrategia de 4-3-3, en un tridente ofensivo con Benzema como figura central, quien cuenta con la confianza máxima del entrenador, y sabe moverse y buscar ocasión de gol dentro del área. Un perfil muy distinto al de Jovic, un '9' de ataque puro... que no entra dentro de la estrategia de Zidane.
Los dos principales obstáculos para la renovación de Sergio Ramos
Así pues, el delantero, a pesar de que los números le avalan para conseguir el gol que tanto se le resiste a los blancos, se queda en el banquillo, castigado por un Zidane que no confía en la capacidad del delantero serbio para desenvolverse dentro del césped.
Algo que ya dejó claro este verano, cuando Zidane quiso desprenderse de Jovic, recomendándole salir, cedido, para conseguir minutos en otro equipo, y que ha vuelto a hacer ante el Gladblach, prefiriendo hacer debutar a Marvin y Arribas antes que sacar a Jovic de su letargo.