“La Xavineta” es una expresión catalana, convertida en un popular meme de Internet, que consiste en estar de acuerdo con todo lo que hace Xavi Hernández. Es decir, básicamente consiste en considerar que vas montado en el proyecto del entrenador catalán, estás en su barco deportivo de manera firme y segura.
La victoria a domicilio del equipo blaugrana en el Bernabéu por 0-4 generó un optimismo y una satisfacción desbordante en el entorno culé. Lo que parecía un proyecto a medio-largo plazo podía tener resultados incluso inmediatos tanto con la Liga como con la Europa League.
Todo iba bien, por lo que el mal partido realizado por el Barca en el partido de ida contra el Eintracht, que terminó con un empate a un gol, fue excusado por el mal estado del terreno de juego, tanto por los jugadores como el equipo técnico sin darle importancia al resto.
A los pocos días, en la competición liguera, se terminó ganando a uno de los equipos que se encuentran en posición de descenso de manera agónica y excusando, nuevamente, el mal partido realizado por los tres penaltis pitados en contra.
Incluso, el entrenador culé en la rueda de prensa anterior a la disputa del partido de vuelta contra el Eintracht en el Camp Nou, preguntado por la clasificación del Real Madrid para semifinales de la Champions manifestó que el equipo más difícil del mundo es el Barcelona porque no basta con ganar sino con jugar bien al fútbol, dando por hecho que ellos sí lo estaban haciendo.
El fiasco, tanto deportivo como relativo a la venta de entradas a aficionados alemanes, realizado este jueves exige un análisis objetivo. Si se realiza un balance a día de hoy y se compara en el mismo período de tiempo con Zinedine Zidane, no tiene parangón, el exentrenador madridista en los mismos meses que lleva Xavi consiguió una Champions y en 2 años y medio ganó 3 Champions de manera consecutiva mientras que Xavi ha sido eliminado en la fase de grupos de la Champions por el Benfica y en la Europa League ha sido apeado en cuartos de final.
Parece que La Xavineta, en el lado blaugrana, es lo que toca y “es el camino a seguir”, según dijo ayer el propio entrenador en rueda de prensa tras la eliminación por el Eintracht, pero bien le valdría una dosis de realidad y de reflexión autocrítica tras la eliminación por el noveno clasificado de la Bundesliga y evitar comparaciones “odiosas”, al menos hasta la fecha, como la realizada con la trayectoria de Zinedine Zidane en el banquillo madridista.