Pedro Sánchez ya no oculta sus intenciones: quiere destruir a Madrid y todo lo relacionado con la capital. El presidente del Gobierno está pasando sus últimos meses urdiendo planes para hacer el máximo daño posible a sus rivales antes de marcharse de La Moncloa, asegurando algunos puestos para sus palmeros. Pero el odio que tiene a Isabel Díaz Ayuso no es normal.
Durante los años que llevan compartiendo presidencia Ayuso y Sánchez, son muchas ocasiones en las que ambos se han enfrentado. La presidenta de la Comunidad de Madrid siempre sale ganando de estos enfrentamientos, por lo que Sánchez ha ido fraguando un plan para destruir a la capital y sacarla fuera del mapa de las capitales europeas.
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La presidencia del lider del PSOE ha estado marcada por los ataques a Ayuso y Madrid. Uno de los más obvios ha sido el recorte constante de las inversiones estatales en la Comunidad. Esta parte fundamental de los presupuestos de una región provoca que Ayuso no disponga de todos los recursos que sí tienen otros presidentes autonómicos.
La desprotección de los madrileños es otro asunto de poca prioridad para Pedro Sánchez. Los informes más recientes realizados por el consistorio madrileño en cuestión de criminalidad y fuerzas policiales ha señalado un déficit de hasta 2500 agentes de Policía y Guardia Civil que el propio gobierno no quiere cubrir pese a las constantes peticiones de la Comunidad de Madrid.
El transporte público es otro de los puntos más candentes en la lucha entre Sánchez y Ayuso. Aunque Ayuso insistió en ofrecer la gratuidad de este servicio para todos los madrileños, Sánchez le copió la estrategia y la extendió a todo el país. Como contraataque, la presidenta ha reducido el precio de todos los billetes de Cercanías RENFE y Metro de Madrid, así como los de los AVE. El plan de inversiones en Cercanías, aprobado por Mariano Rajoy, sigue congelado: Sánchez parece haberlo olvidado y no tiene intenciones de aplicarlo.
El trato diferencial hacia Madrid no es solo cosa de Sánchez: incluso los sanchistas han comprado el discurso de odio del presidente del Gobierno y han comenzado a sugerir nuevas formas de discriminación hacia la región gobernada por Isabel Díaz Ayuso. Desde la subida de impuestos sin que se enteren los madrileños y la creación de nuevas tasas impositivas específicas para esta Comunidad Autónoma.
Si no fuera por Isabel Díaz Ayuso, la Comunidad de Madrid sería un territorio sin ley: además de la apreciable falta de personal policial, el Gobierno no hace cumplir con la Ley de Dependencia en la que se establece una cofinanciación para las ayudas estipuladas por la Ley. Actualmente, la Comunidad de Madrid aporta el 85% del monto económico de estas ayudas. El Gobierno de Sánchez no parece querer cambiar este porcentaje y asumir una carga mayor.
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Estos casos son solo unos pocos. La Comunidad de Madrid está al margen de todos los planes del Gobierno, en un intento de la Administración central de boicotear todos los proyectos de Isabel Díaz Ayuso y deshacerse de Madrid. Muchos apuntan, desde Ferraz, que el odio que Pedro Sánchez siente hacia Madrid y todo lo relacionado con la capital se debe a que se siente 'traicionado' por sus ciudadanos y porque no obtiene muchos votos de esta región.