Los fugados de la Justicia prometieron hacer una auditoría externa cada año, sin embargo, veinte meses después de su fuga seguimos sin noticias de las cuentas de Carles Puigdemont en Waterloo.
Puigdemont y sus asesores llevan quince meses viviendo a cuerpo de rey en Bélgica a costa de las limosnas de los independentistas.
Las fuentes de ingresos han sido de lo más variadas: pagar 10 euros por abonarse al Consell per la República o las donaciones a las falsas ONG’s (DefensaExili.org, por ejemplo) que han creado ellos mismos en Bélgica son algunas de las artimañas que se han inventado Puigdemont y sus secuaces.
Prometieron transparencia...
Prometieron transparencia, pero lo cierto es que la financiación de la mansión de Waterloo sigue rodeada de la mayor opacidad imaginable.
La opacidad y las donaciones son el secreto mejor guardado de la vida de millonario que lleva Puigdemont en Bélgica.
“Los responsables de la administración del fondo, desde la elaboración y aprobación del presupuesto hasta el control de su ejecución, serán los miembros del Govern en el exilio”, aseguran en DefensaExili.
Pero lo cierto es que ni Puigdemont ni el resto de miembros del Consell han presentado presupuesto alguno ni han explicado nada sobre su ejecución.
“Periódicamente, se publicará información de seguimiento del fondo, sobre la evolución de los ingresos y el destino de los recursos”, afirman desde DefensaExili. Pero no se ha publicado nada.
“De manera regular se ejecutará un control externo de la buena administración por parte de un consejo formado por personas independientes y ajenas a las actividades financiadas por el fondo, que velarán para que los recursos recaudados se destinen a las actuaciones y finalidades previstas y publicitadas”, aseguraron a los donantes independentistas, pero este organismo jamás ha sido creado.
“Anualmente se hará una auditoría externa por parte de una empresa profesional y sus resultados se harán públicos”. Nunca se ha hecho dicha auditoría.
Con CATGlobal ASBL, entidad belga que gestiona la base de datos del registro ciudadano, se han embolsado más de 600.000 euros.
Cataluña Cultura i Progrés (CATCiP AISBL) es la que cobra los 10 euros por inscribirse en el registro ciudadano y sus cuentas también son opacas.
La única ‘explicación’
La presidenta de CATGlobal, Erika Casajoana, es la única que ha hablado sobre el tema, eso sí, sin ofrecer ninguna cifra: “Soy presidenta de CATGlobal, la asociación ligada a Waterloo que promueve la idea de la democracia, de la cultura catalana y también canaliza donaciones hacia el Consell per la República”.
“Es una asociación sin ánimo de lucro. Cuando entras en la web del Consell per la República, te sale que lo gestiona CATGlobal. Sirve para dar cobertura y cobijo jurídico a todo esto. CATGlobal recibe donaciones para los exiliados y para cubrir todos sus gastos en abogados, por ejemplo. Todos los exiliados catalanes reciben los gastos jurídicos —que son monumentales— a través de CATGlobal”.
Piden más limosna
“Convendría que la solidaridad fuera más intensa. Yo siempre digo a la gente que menos ir a Waterloo —también es comprensible que quieran ir a ver al presidente— y más hacer donaciones para mantener las únicas instituciones libres de España”.