Su nombre es Wolfgang, un beagle que pesaba 40 kilos. Dormía durante todo el día. Había perdido la volountad de caminar y vivir.
Un día Erin lo adoptó. El beagle debido a su enorme peso no podía entrar por la puerta de su casa. Junto con el veterinarío comenzaron con pequeñas metas para reducir su peso, como comer alimentos saludables y proteícos, hacer ejercicios físicos en la cinta andadora y hacer ejercicio en la piscina.
Debido a su excesivo peso, sus órganos y su corazón estaban en riesgo, pudo haber muerto con solo dar un paseo. Para evitar un golpe de calor, tenía que dar pequeños paseos, ya sea temprano por la mañana o después del atardecer.
Su salud mejoró gradualmente y después de casi dos años, finalmente alcanzó el peso ideal para un perro de su 15 kilos. Wolfgang se ha convertido en un modelo a seguir, un ejemplo para todos.
Ha vuelto a vivir, a correr y a divertirse. Ninguna meta es demasiado lejana o demasiado difícil, nunca debes rendirte. Wolfang nos lo demostró. Un ejemplo para todos.