"Los demócratas sólo utilizamos herramientas democráticas" aseguraba Laura Borràs este pasado viernes 3 de septiembre, condenando las amenazas de muerte recibidas por el diputado de Vox por Lérida en su domicilio.
Palabras con las que, una vez más, un líder independentista aseguraba que el movimiento nacionalista catalán es de carácter 'pacifista' conformado por "gente de paz".
Sin embargo, y de nuevo, una vez más, los grupos radicales del secesionismo catalán han demostrado que la violencia callejera es su principal vía de actuación, preparándose ya, tal y como han advertido los radicales, y tal y como han podido comprobar las fuerzas policiales catalanas, que estos radicales secesionistas se están preparando para volver a incendiar las calles catalanas en la celebración de la Diada del 11-S.
La última del independentismo: los delincuentes hablan castellano
"Hemos avisado de que se prepara una nueva oleada de ataques callejeros, pero la permisividad es absoluta" ha asegurado una fuente policial a OKDiario.
Unos ataques callejeros enmarcados en el proyecto independentista del "otoño caliente" que contemplan un único objetivo: usar la violencia para conseguir, de forma unilateral, la independencia de Cataluña, y el rechazo de todo "lo español".
"Si se desea la independencia de verdad para Cataluña, la ciudadanía se debe ir preparando para un conflicto armado" aseguran abiertamente los radicales secesionistas de los CDR, que ya han expandido sus mensajes revolucionarios en sus redes sociales, en los que explican cómo crear cócteles molotov, bajo el lema "pasaremos por encima",
Se preparan para luchar contra los Mossos
Así pues, los denominados "revolucionarios de las sonrisas" de los CDR se preparan ya, no sólo para incendiar y destruir las calles catalanas el próximo 11-S, sino también para enfrentarse, armados, contra las fuerzas policiales.
La propaganda de estos radicales ya circula por las redes sociales, donde enseñan a sus seguidores los protocolos de vestimenta, cómo evitar ser identificados e incluso, cómo fabricar sus propias armas y escudos.
Escudos que, tal y como se ha podido comprobar en imágenes obtenidas en las redes sociales, corresponden a una fabricación profesional de material defensivo, demostrando que los radicales independentistas cada vez profesionalizan más sus agresiones, mientras que la Generalitat de Cataluña evita tomar medidas para frenar la violencia secesionista en las calles.