"La brutal fuga de Irene Montero al ser 'cazada' en Segovia comiendo cochinillo" titulaba Periodista Digital este pasado jueves.
En la información, un vídeo, inédito hasta el momento, en el que se ve como varios vecinos de la zona protestan ante el coche oficial de la ministra de Igualdad, exigiéndole medidas y actuaciones inmediatas.
"Nuestros hijos tienen que comer" aseguran, furiosos, los participantes del escrache, mientras miembros de la policía protegen al coche oficial y apartan a los manifestantes.
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Una noticia que, sin embargo, ha sido criticada tanto por la ministra como por su pareja, el vicepresidente segundo del Estado, Pablo Iglesias.
"El 24 de julio un grupo de pro-taurinos intentó agredir a Yolanda Díaz en Toledo. Se difundieron varios vídeos de lo ocurrido. Adivinad para qué ha utilizado hoy uno de esos vídeos un digital de derechas. No es una excepción: mentir es su modus operandi" ha asegurado Irene Montero en su cuenta oficial de Twitter.
"Todos los días vemos manipulaciones mediáticas" contesta Pablo Iglesias en la misma red social "Pero esto es nivel Dios".
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La guerra 'venezolana' de Iglesias contra la prensa
Independientemente de la veracidad temporal del citado vídeo, los líderes de Podemos no han dudado en utilizar esta información para cargar nuevamente contra los medios de comunicación, a los que les acusan de estar 'compinchados' con la oposición.
Unas acusaciones que también hizo Iglesias contra Vicente Vallés, presentador de las noticias en Antena 3, al que llegó a tildar de "presunto periodista".
"En realidad lo que le pasa a Vicente Vallés es simple y es lo mismo que le ocurre a toda la derecha y ultraderecha: le produce sarpullido que las cloacas no consiguieran su objetivo y Unidas Podemos esté en el Gobierno. Están en su derecho, pero que no lo llamen 'informativos'", criticaba Pablo Echenique sobre el tema en Twitter.
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Una lucha contra los medios de comunicación que se extiende en el tiempo hasta 2016, cuando el líder de la formación morada aseguraba que los profesionales de prensa "están obligados profesionalmente" a hablar mal del partido que dirige.
Acusaciones y afirmaciones que recuerdan a las pronunciadas por los líderes de regímenes totalitarios como el de Venezuela, y que demuestran la afinidad del vicepresidente segundo del Gobierno con Maduro, y su intención de controlar y censurar a los medios de comunicación aprovechando su posición en el Gobierno.
Tal es el aprecio por el totalitarismo venezolano, y su censura, que tienen los de Podemos, que la formación no ha dudado esta semana en organizar un acto de apoyo a los regímenes de Venezuela y Cuba, asegurando que son "ejemplo de fortaleza y resistencia".