No podrás evitar emocionarte al ver la felicidad con la que este ganso vive tras ser adoptado por su nuevo dueño. El animal no para de corretear por todos lados y hacer ruidos mientras juega con el humano.
Su amistad comenzó cuando esta persona observó que la madre de Jack, nombre con el que bautizaron al ganso, no lo estaba cuidando del todo bien. El humano, teniendo en cuenta lo dependientes que son estos animales cuando son pequeños, no dudó en cargarse con esta responsabilidad.
Desde ese momento, el animal ha etntablado una muy buena relación con esta persona hasta tal punto que ambos tienen divertidas conversaciones y juegan.