No pararás de reír al ver cómo actúa este can cada vez que ve a la pareja de su humana.
Y es que el animal ha sucumbido a sus encantos y cada vez que el chico llega a casa no se separa de él.
Es tal la obsesión que tiene que hasta se encarga de acudir a la puerta a darle la bienvenida con un baile de lo más divertido y acogerle con los brazos abiertos.