Pascal es uno de tantos perretes que por desgracia sufrió en algún momento de su vida maltrato animal. En concreto, el can tuvo que soportar que varios niños se entretuvieran en meter al animal en pegamento hasta intentar ahogarlo.
Finalmente el can sobrevivió, aunque estos hechos le causaron unas graves secuelas en su pelaje hasta tal punto que se creó una especie de yeso por todo su cuerpo que le impedía caminar.
Pero gracias a la intervención de los veterinarios, estos pudieron retirar el pegamento del cuerpo y le realizaron un seguimiento para que su piel se recuperara al 100%.
Después de un tiempo, Pascal ha vuelto a renacer, ya que se encuentra en perfectas condiciones e incluso ha recuperado la confianza en el ser humano y se muestra muy sociable tanto con las personas como con los demás animales.