En muchas ocasiones, perros y gatos se llevan bien y se cuidan.
En este caso, tal y como se aprecia en el vídeo, el perro de la casa molesta y chincha a su hermano gato para jugar.
El gato no se queja demasiado, tiene mucha paciencia, pero en ocasiones lo marca sacándole la pata.
El perro insiste e insiste, tan pesado y juguetón como un hermano pequeño.
La insistencia del perro es muy cómica.
Y el pasotismo del gato también...