Hazel es una perrita con la que sus dueños se enamoraron desde el primer minuto.
Y es que lejos de que su ceguera les provocara algún inconveniente o les echara para atrás a la hora de convivir con ella, los humanos adaptaron la casa e integraron varias señales para dirigirse al animal.
Este, a pesar de su minusvalía se mostraba de lo más feliz jugando en el parque con la arena.
Pero ha sido la reciente intervención que ha tenido el motivo por el que la vida del can ha dado un giro de 180 grados.
Y es que en esta los especialistas se han encargado de que recupere la vista y vuelva a ver a su familia.
Imposible no emocionarse al ver su reacción cuando los tiene cerca de nuevo.