Una de las lecciones que las mascotas dan a sus dueños es la de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.
Y aunque es cierto que con el ritmo frenético del trabajo, la rutina y la familia muchas veces los días se hacen verdaderamente cortos, los humanos en algunas ocasiones no somos capaces de apreciar algunos momentos como los paseos por la calle.
En cambio, este animal no puede disimular la felicidad que le provoca esta actividad y lo demuestra con una sonrisa de oreja a oreja mientras se pasea únicamente sobre dos patitas.
No pararás de reír al observar la alegría con la que el animal pasea junto a su dueña.