Imposible contener la risa al observar estas imágenes en las que aparecen un perro y un gato discutiendo.
Y es que el can se muestra de lo más valiente al principio, ya que no para de ladrarle al felino.
Pero una vez que el mismo se da la vuelta y se acerca a él, la actitud de la otra mascota cambia.
El perro ve lo cabreado que se encuentra el gato por lo que decide rectificar y volver corriendo a la caseta donde se encontraba.
Pero lejos de amedrentarse, cuando el felino se vuelve a poner de espaldas, el perro continúa con su ofensiva.