En muchas ocasiones las mascotas tienen unas ideas de lo más originales y graciosas cuando quieren pedirle algo a sus dueños.
Y es que cuando el hambre aprieta no hay nadie quien lo pueda parar, por lo que lejos de ir detrás de su humano o refunfuñar, el gatito tiene una estrategia mucho mejor.
Para ello da con la patita a un pulsador que tiene justo al lado y que suena como si fuera una campana.
Y una vez que llama la atención de su dueño, este señala el cuenco vacío para que finalmente se lo llenen.