La relación entre las mascotas de la casa pasa por muchas fases: primero está el odio, después la aceptación y finalmente la amistad.
Los protagonistas del vídeo ya se encuentran en la última de todas ellas y tienen tanta confianza que el felino se atreve incluso a incordiar al can cuando está descansando.
Para ello, el animal aprovecha que está tumbado en el sofá y se acerca silenciosamente sin que lo vea.
Una vez que se encuentra cerca, el gato sube una patita para así tocar al perro y hacer como que lo están llamando.
Rápidamente se esconde debajo del sofá para que no le vea y así el can se piense que han sido alucinaciones suyas.