Imposible no sonreír y babear al ver cómo este perro se encarga de jugar con su peluche favorito.
Y es que la mascota lo trata como si fuera un bebé, ya que lo coge con sus patitas y lo empieza a balancear hasta arriba.
Pero lo mejor no es eso, sino la sonrisa de oreja a oreja que el animal tiene en todo momento.
Con este simple gesto la mascota ya ha demostrado con creces que sería el mejor compañero y amigo de un hermanito pequeño.