Al igual que los humanos acuden a clases de natación para perfeccionar su técnica, este perrete ha dado el paso y quiere convertirse en el nuevo Michael Phelps en versión canina.
Por lo que ni corto ni perezoso, el animal se lanza al agua sin ningún tipo de miedo y se muestra de lo más feliz mientras mueve sus patitas en el interior.
Eso sí, para ir avanzando poco a poco, primero le han puesto una piscina hinchable de poca profundidad.
Morirás de amor al verlo cómo obedece a su profesor y no para de dar vueltas en el agua.