Imposible no emocionarse al ver cómo este can se divierte mientras se encuentra en el campo y saborea la libertad por los poros de su piel.
Y es que el animal está aprovechando al máximo la escapada que ha hecho junto a su dueño al campo para correr y revolcarse por el césped.
Para ello sube una cuesta y aprovecha el desnivel para dejarse caer y girar sobre sí mismo hasta llegar abajo.
Lo mejor de todo, su reacción de alegría nada más terminar y el brinco que pega para repetir la estrategia.