Una de las mayores obsesiones del independentismo catalán es la de utilizar la lengua catalana como un elemento de distinción entre ciudadanos catalanes (e independentistas) del resto de españoles, incluso aquellos que residen en la autonomía catalana, pero que no utilizan la lengua autonómica en su día a día.
Tanto es así, que desde la Generalitat de Cataluña se impulsa el uso casi exclusivo del catalán en todos los ámbitos públicos, desde las escuelas hasta los centros de salud o los comercios, en un intento de demostrar que los castellanoparlantes no son bien recibidos en la comunidad autónoma.
Una idea por la que también apuesta la televisión autonómica catalana, que insta a todos sus invitados a hablar en catalán y, de no conocer la lengua autonómica, les ofrecen utilizar un pinganillo para la traducción instantánea de las preguntas a otro idioma, incluso, al castellano.
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Una realidad de cómo el secesionismo más radical y obseso afecta al día a día de miles de catalanes que Cayetana Álvarez de Toledo ha puesto de manifiesto durante una entrevista en TV3, donde no ha dudado en dar una clara clase magistral del uso del castellano como lengua vehicular entre "compatriotas".
Las premisas independentistas, en ridículo
"Ustedes han decidido que esta entrevista se desarrolle en catalán. Me han llamado muy amablemente del programa para preguntarme si necesitaba un pinganillo" ha comentado la entrevistada, ya en el plató de la televisión autonómica.
Un pinganillo que, tal y como ella misma ha explicado, no ha aceptado:"espero entender todo lo que usted me diga [...] pero no quiero utilizar un pinganillo, porque entre españoles no usamos pinganillo" ha remarcado.
"Eso es comod ar a entender que somos extranjeros entre nosotros, o que el castellano es una lengua extranjera en Cataluña. El castellano es, no sólo la lengua común [...] sino también la lengua mayoritaria en Cataluña" ha afirmado la popular, utilizando así la referencia de una de las últimas encuestas realizadas sobre el idioma en Cataluña, que incendió los ánimos de los independentistas más radicales.
Del mismo modo, la política ha explicado que el uso del castellano en un contexto como esa entrevista es una cuestión de "cordialidad".
"Cuando tenemos una lengua común, tenemos la posibilidad de comunicarnos de manera más fluida en la lengua común, pues también es un gesto de cordialidad utilizarla [...] pero es verdad que el nacionalismo tiene uan difícil relación con la cordialidad" ha lamentado Álvarez de Toledo, dejando en ridículo, no sólo la obsesión del independentismo por la supremacía de la lengua catalana, sino también su obsesión por utilizarla en contextos donde dificultan el entendimiento entre los dialogantes.
"La civilización es un proceso de encuentro con los demás, y las lenguas no deben ser utilizadas para levantar fronteras entre las personas, y mucho menos entre compatriotas" ha concluido la popular, dando una clara lección de educación y de sentido de Estado a todos los secesionistas, que nuevamente, se han visto ridiculizados por sus propias premisas nacionalistas.