Los animales son muy territoriales, por lo que cuando observan que otro compañero le quita el puesto o se encuentra junto al humano, estos responden con un ataque de celos.
Esto es precisamente lo que le pasa al perrete, ya que cuando observa que el gatito se ha quedado dormido en el sofá junto a su dueño no duda en apartarle de ahí.
Y una vez que lo consigue, este se coloca en su puesto para que no se pueda acercar al humano.