Las personas mayores pertenecen a uno de los grupos mayormente perjudicados por la pandemia del coronavirus.
Y es que aparte de que el virus les afecta con mayor intensidad debido a su edad, la gran mayoría se han quedado sin algo que les daba la vida como era la visita de sus familiares.
Por eso, dentro de esta residencia de mayores decidieron poner remedio a la situación de soledad que estaban viviendo sus pacientes con la visita de un perrete diaria.
A través de un cristal, los residentes pudieron pasar un rato distendido con el animal mientras le hablablan y hasta jugaban con él.
Gracias a la labor de este perrete, muchas de las personas que se encontraban en la residencia se sintieron acompañadas y sonrieron por unos instantes.