Dicen que los animales se parecen a sus dueños, y si esto es cierto, la dueña de este pequeño perrete es una quejica de mucho cuidado.
Y es que al protagonista del vídeo le encanta mostrar su cara de cabreo y replicar a su humana cada dos por tres.
Al parecer, el animal tiene un carácter bastante complicado que va in crescendo si no se le hace caso o no le siguen la conversación.
Pero a pesar de este mal genio, se esconde un can que ha pasado por una mala racha durante su infancia después de nacer con el paladar hendido y una neumonía.
Esta situación saturó tanto a su anterior dueña que terminó entregándolo a una nueva persona con la que el animal finalmente ha podido recuperarse y criarse en un entorno feliz.