¿Quién ha dicho que los gatos no tienen ritmo y no saben mover el esqueleto?
El protagonista del vídeo demuestra todo lo contrario. Y es que el animal se pone a todo volumen su canción favorita y comienza a bailar como si no hubiera un mañana.
Para ello, se levanta con la ayuda del cristal de una ventana y, una vez que se encuentra sobre sus dos patitas, empieza a bailar y a pegar saltos como un loco.
Imposible no reír al ver lo bien que se mueve y la buena energía que el felino transmite.