El expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, se marchó de España para no tener que responder ante la justicia por lo ocurrido el 1-O y se instaló en Waterloo (Bélgica).
Allí, cuenta con 100 agentes que velan por su seguridad y que pertenecen a los Mossos d'Esquadra. Uno de ellos ha dado la cara y ha explicado a ABC todos los detalles de esta vigilancia 'secreta'.
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Este agente, que prefiere mantenerse en el anonimato, ha asegurado la existencia de una "policía patriótica" que está al margen de la legalidad y que está al servicio de Carles Puigdemont.
El policía ha desvelado que este grupo de agentes lleva protegiendo a Puigdemont desde que se fugó de España. Su objetivo ha sido evitar que las autoridades españolas detengan al expresidente catalán.
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"Puigdemont tenía asignados cinco grupos de escoltas, formado cada uno por 8 o 9 agentes especializados, con mucha experiencia y que trabajaron con otros presidentes", ha dicho el agente anónimo.
"Había un coordinador, normalmente un sargento, pero el President solía tener más trato con el jefe de cada grupo, que es el que hace los movimientos de agenda, más que con el coordinador del servicio", ha añadido.
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El funcionamiento de esta escisión secreta de los Mossos se vio alterado con la irrupción del sargento Lluís Escolà, muy cuestionado por sus compañeros porque "nunca se ha sentido motivado por ser un miembro de los Mossos d’Esquadra, está en el cuerpo como podría estar en otra parte".
Lluís Escolà "hacía tejemanejes con la agenda, improvisaba muchas cosas e incluso trabajaba a escondidas. La agenda se cerraba a las cinco de la tarde y a partir de esa hora había actividades que te ordenaban sobre la marcha...", ha señalado el policía.
"Siempre estaba en el Palau de la Generalitat, en contacto directo con el Presidente, sin tener relación con los cinco grupos de escoltas, hecho que no había sucedido nunca. De esta forma nadie más que él conocía algunos movimientos de Puigdemont", ha indicado.
"El sargento Escolà, llevaba la agenda. Su objetivo era que no se filtrase nada. Tenían la obsesión de que había micrófonos colocados por el gobierno español. Cada dos por tres se rastreaba y limpiaba el teléfono de Puigdemont y en las reuniones se dejaban los móviles fuera. A nosotros nos hacía desdoblar servicios", ha contado.
"Hacíamos 'contras' con nosotros mismos. Había una cápsula de tres coches escoltando al Presidente. Pues bien, muchas veces se ponía un coche más, por si detectábamos un seguimiento. Además, se reforzó el servicio con el grupo de GEIS, el grupo especial de intervención nuestro. Temían que en cualquier momento algún comando de los GEO interviniera y detuviera al Presidente", ha asegurado.
"No se habían activado las eurórdenes, ni había huido, pero ya tenía mucho miedo a ser detenido. No quería ir a la cárcel", ha explicado el policía de los Mossos d'Esquadra a ABC.
Torra mintió descaradamente
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, estaba al tanto de todo este entramado, según el policía anónimo entrevistado por ABC, y mintió descaradamente a la opinión pública.
Con la ayuda de Miquel Buch, exconsejero de Interior, Torra ayudó a Carles Puigdemont a esconderse y mantenerse a salvo 'cediendo' a 100 agentes de los Mossos d'Esquadra.