¡¡Vaya susto!! La travesura de este perrete a punto estuvo de costarle un disgusto

La Guardia Civil tuvo que rescatar a un perro que se había caído a una balsa sin agua en la localidad alicantina de Crevillente

19 de Julio de 2020
¡¡Vaya susto!! La travesura de este perrete a punto estuvo de costarle un disgusto
¡¡Vaya susto!! La travesura de este perrete a punto estuvo de costarle un disgusto

La Guardia Civil ha rescatado a un perro que se había caído a una balsa sin agua de unos diez metros en la localidad de Crevillente (Alicante).

Sobre las 14.00 horas del jueves, la Guardia Civil de Crevillente recibió un aviso telefónico solicitando que una patrulla se desplazase hasta las proximidades del cementerio de dicha localidad, para auxiliar a un vecino que manifestaba que se le había escapado su perro, de raza mestiza y tamaño mediano, mientras paseaba con él y que se había caído a una balsa de riego particular, de unos 10 metros de profundidad, que estaba vacía de agua. (¡¡No has visto nada tan tierno!! ¡¡Quédate con quien te mire como este perro a la veterinaria!!).

Momentos de angustia por el animal

Esta persona se encontraba "muy angustiada, ya que su mascota intentó salir de la balsa en repetidas ocasiones, sin poder conseguirlo al resbalarse con las paredes del embalse y se volvía a caer al interior", explica el Instituto Armado en un comunicado.

Los agentes en servicio de seguridad ciudadana de la Guardia Civil de Crevillente se desplazaron hasta el lugar indicado y comprobaron que se trataba de un embalse, vallado en todo su perímetro al cual, al parecer, el perro habría accedido por un hueco en dicho vallado. (Vídeo viral: ¡¡Así se ponen estos graciosos perretes la mascarilla cuando alguien estornuda!!).

Uno de los agentes bajó a la base de la balsa, atado a un extremo de una cuerda mientras su compañero sujetaba con fuerza el otro extremo.

El guardia civil le dio inmediatamente agua, ya que el perro se encontraba muy nervioso y sediento, debido a que la temperatura en el interior de la balsa era considerablemente alta, como consecuencia del calor acumulado por el plástico del propio embalse, consiguiendo así ganarse su confianza y poder cogerlo.

Una vez sujeto, ambos subieron los 10 metros de pared del embalse y el perrete pudo volver junto a su propietario.