Urdangarín está cumpliendo, en la cárcel de Brieva, su condena de 5 años y 10 meses de prisión por prevaricación, malversación, tráfico de influencias, fraude y dos delitos fiscales.
El exduque de Palma, yerno del Rey Emérito Juan Carlos I, cuñado del rey Felipe VI y marido de la infanta Cristina fue observado en su día a día desde la cárcel.
Un reportaje de El Mundo, en primicia, ha destapado sus palabras desde la cárcel y se intuye una enorme soledad desde su módulo individual, en una cárcel de mujeres.
"Por favor, habladme porque si no me voy a volver loco", le dice a uno de los funcionarios. Urdangarín se protege en un recinto de 7 metros de ancho por 25 de largo.
En ese pequeño patio corre sin parar y se apoya en el running como uno de sus grandes hobbys. Ni una palabra sobre su pasado y su vida privada.
Ve la televisión, lee y ha empezado a escribir. También dispone de una cinta para correr, una espaldera y una bicicleta estática.
Urdangarin cultiva pimientos y tomates en cinco grandes maceteros situados en el patio de su módulo y tres veces por semana acude al polideportivo de la prisión.
Eso sí, va allí cuando las otras reclusas, con las que no se relaciona ni ve, ya han abandonado el recinto. Así es parte de su día a día en la cárcel de Brieva, tal y como ha destapado El Mundo.