Desde 2004, una mujer de 47 años cuyas iniciales son N. R. recorre en una furgoneta blanca los pueblos de la Costa Brava (Cataluña) en busca de propietarios de mascotas poco avispados.
A lo largo de estos 15 años habría matado, sin escrúpulos, a un centenar de perros y gatos, tal y como denuncian desde una plataforma de afectados.
Primeros casos
En el año 2003 se destaparon los primeros casos de mala praxis y hoy en día se teme que pueda seguir ejerciendo.
“Vino a ver a Loba y nos dijo que se la tenía que llevar, al cabo de unos días nos la trajo muerta. No nos dio explicaciones, solo nos trajo a un hombre con más cachorros para sustituir al nuestro”, explica Mireia, que dejó a su perrita en manos de N. R. en 2012 y no la volvió a ver ni jamás supo de que murió.
“Uca empezó a empeorar y yo decidí llamar a N. R. para que viniera a verla. Ese era el trato. Tardó tres semanas en venir y cuando vino me dijo que se la llevaba para vacunarla todos los días. Ese fue el último día que vi a Uca”, explica Lara, otra afectada.
“Nunca me dejó ver el cuerpo, me dijo que la había enterrado en un árbol con vistas al mar, pero estoy segura de que Uca estaba entre esos cadáveres encontrados en su finca”, añade Lara.
87 cadáveres hallados en su propiedad
En febrero de 2017, agentes rurales hallaron 87 cadáveres de perros y gatos en una finca propiedad de la madre de N. R.
Únicamente 19 animales llevaban el chip, y tras contactar con sus propietarios, todos explicaron que sus mascotas habían fallecido cuando estaban bajo el cuidado de N.R.
En 2007 N. R. abrió un centro veterinario en Vidreres: “Los perros estaban siempre sucios, olían mal y siempre los tenía en una habitación cerrada a la que nunca nos dejó entrar”, explica Meghan, una de las voluntarias que trabajo con la acusada.
“Solía decir medias verdades a la gente, por ejemplo, si tras la operación moría algún animal, les decía que ella misma se hacía cargo de la incineración, pero nunca les devolvía las cenizas e incluso a veces no les incineraba porque no daba abasto y se quedaba con el animal muerto”, apunta Meghan en declaraciones a Nius.
12 denuncias contra ella
En 2016, N. R. fue expulsada del colegio de veterinarios por mala praxis y los Mossos d’Esquadra recibieron más de 12 denuncias contra ella.
“Nos empezaron a llegar denuncias de que una colegiada cometía todo tipo de infracciones: trasladaba animales dentro de su propio coche, los operaba sin medios y los entregaba a sus amos con heridas graves. Esto hizo saltar todas las alarmas y empezamos a investigar”, desvela Anna Valdé, letrada del Colegio de Veterinarios de Gerona.
Fue inhabilitada durante 18 meses pero siguió ejerciendo, hasta que en 2016 fue expulsada de forma definitiva.
Ahora, tres años después de ser expulsada, el Colegio de Veterinarios ha descubierto que la documentación que aportó N. R. era falsa.
No es veterinaria
“Tenemos una gran certeza de que esta señora no es ni siquiera veterinaria”, denuncia Anna Valdé. “Comprobamos que N. R. no consta como licenciada”.
Ahora Fiscalía investiga la veracidad del título. Si se confirma que la documentación era falsa, podría ser imputada por un delito de usurpación profesional y de falsificación documental.
Por otro lado, el 24 de octubre N. R. se sentará a declarar en el Juzgado Penal número 3 de Gerona acusada de mala praxis y maltrato animal.
Esperemos que las brutalidades que ha cometido esta demente contra las mascotas no queden impunes.