¡¡Una testigo del 1-O lamentó la muerte de los terroristas de Barcelona!!

Marina Garcés, testigo en el juicio del procés, lamentó en el pasado la muerte de los terroristas de Las Ramblas.

19 de Mayo de 2019
¡¡Una testigo del 1-O lamentó la muerte de los terroristas de Barcelona!!
¡¡Una testigo del 1-O lamentó la muerte de los terroristas de Barcelona!!

La filósofa Marina Garcés, que fue llamada a declarar el pasado martes ante el Supremo por el caso del 1 de octubre, lamentó la muerte de los terroristas del 17A en el pregón de las fiestas de la Mercè.

La pregonera y filósofa utilizó este momento de atención del público, el inicio de las fiestas de la Mercè de Barcelona de 2017, para recordar a las víctimas del atentado yihadista del 17A, así como para recordar ‘cariñosamente’ a los asesinos.

“Todos llevaremos en nosotros una ausencia igualmente dolorosa: la de las personas que no volverán nunca más en Barcelona ni en sus fiestas, no porque no quieran, sino porque el 17 de agosto perdieron la vida en la Rambla, en la Diagonal y el paseo de Cambrils. Y junto a ellos, también, la de unos jóvenes de Ripoll que tampoco estarán y sobre los que siempre tendremos la duda de si realmente querían morir matando como hicieron”.

Estas declaraciones de Garcés hicieron estallar a la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT), así como a múltiples dirigentes políticos.

Testigo en el juicio del procés

El pasado martes, durante su asistencia en Supremo, la filósofa volvió a sorprender con sus palabras, esta vez al presidente de la sala: “lo que puedo decir es que yo el 1 de octubre aluciné”. (Los jueves del Tribunal Supremo ven “provocación” en la estrategia de las defensas).

El presidente de la Sala, Manuel Marchena, no permitió que la testigo mantuviese ese tipo de expresiones en el Senado, así que rápidamente contestó a Garcés: “todas sus apreciaciones personales y valoraciones personales no tienen ningún interés”.

Parece que la filósofa ha perdido el límite entre la realidad y sus aspiraciones discursivas, haciendo que, en ambos casos, el lugar no fuese inconveniente para soltar sus apreciaciones, cuanto menos, desafortunadas.