El independentismo catalán sigue utilizando los medios de comunicación como plataforma para extender su discurso de odio hacia todo lo español, manteniendo las premisas de que España es un Estado opresor y violento que busca asfixiar a la 'nación' catalana bajo su yugo.
Un Estado opresor español que, según afirma la tertuliana independentista Pilar Carracelas, no habría dudado en utilizar a las víctimas del terrorismo de ETA, así como a la violencia de la banda terrorista vasca, para mantener el 'miedo' de la población y defender así la necesidad de defender la unidad nacional frente a los nacionalistas.
"Todos los gobiernos se han setnado a negociar con los terroristas" asegura Carracelas en su artículo de opinión en el digital ElMon "Y como la cuestión territorial es la única en España que siempre ha rechazado someterse al veredicto de las urnas, y esto es muy difícil de sostener por un espacio democrático, estos mismos gobiernos que han pactado con los terroristas también han utilizado el miedo y el dolor que generaban para recentralizar competencias sin tener que justificarlo".
Así pues, destaca la independentista que desde el Gobierno nacional, independientemente de quién haya sido el presidente, se ha utilizado el miedo a la violencia de ETA para negar cualquier diálogo sobre la unidad española; algo que, según Carracelas, estaría sucediendo ahora con el nacionalismo catalán.
El "combustible" del terrorismo
"Los que menos se alegran que ya lleve 10 años que ETA ha dejado las armas son los que defienden la unidad de España a cualquier precio" destaca la colaboradora de TV3.
Y es que asegura Carracelas que la afirmación, pronunciada también por Pedro Sánchez en los últimos tiempos, de que "en ausencia de violencia se puede hablar de todo" es una "mentira como una casa de campo", ya que el Gobierno de España no está dispuesto a negociar la ruptura del país con los movimientos nacionalistas vascos y catalanes.
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Así pues, sostiene que "España ha echado gasolina a los muertos de ETA, y cuando ésta se les ha acabado, han buscado un combustible equivalente". Un combustible que, en el caso del nacionalismo vasco, es el "pedir perdón", mientras que en el caso del nacionalismo catalán, es la violencia que aún ejercen los radicales CDR.
"Quieren resucitar la idea de violencia con la persecución de los CDR" ha criticado "están acusando a los CDR de terrorismo y a los líderes independentistas de sedición". Una idea que rechaza la independentista, evitando valorar las acciones violentas de los radicales en las calles catalanas durante las manifestaciones, así como los muchos delitos por los que los líderes del procés han sido condenados en firme, y que suponen un detrimento de la calidad de vida de todos los catalanes.