La tarde del 31 de octubre, a las 17:50 horas, el agente de la Guardia Civil Manuel R. M. viajaba en la línea 1 del metro de Madrid.
El vagón, a la altura de la estación de Pacífico, iba lleno. Había “unas 40 personas”, apunta el agente en el informe posterior que realizó.
En el vagón viajaban “dos jóvenes sudamericanos”, y en la parada Puente de Vallecas subieron otros dos chavales sudamericanos con una mochila “tipo macuto” y empezaron a discutir con los otros dos.
Full patria
“Full patria”, dijo uno de ellos (término que utilizan las bandas latinas para retarse).
"Los cuatro hacían gestos con las manos; yo al principio pensaba que se conocían, pero luego me di cuenta de que se estaban desafiando", describe el guardia civil.
Al llegar a la estación Nueva Numancia la tensión aumentó y el joven que llevaba la mochila tipo macuto sacó “un machete de grandes dimensiones” y se dirigió hacia los otros dos chicos.
"La gente se puso a gritar", apunta el agente Manuel R. M. Todos “retrocedieron” y se “protegieron” al final del vagón.
Golpeó al chico con el machete en la cabeza
El joven del machete levantó el brazo y golpeó al chico de la banda rival con su enorme cuchillo.
"Alguien tiró de la palanca de alarma" y el metro frenó en seco.
El Guardia Civil se abalanzó sobre el agresor
En ese momento el agente se acercó al agresor. "Cuando miro a mi alrededor y observo que ya no hay nadie que pueda estar en peligro, me acerco más", relata Manuel R. M., que acto seguido se lanzó a por el delincuente, le quitó el arma y se identificó como guardia civil en voz alta.
El agente se identificó y le dijo que quedaba detenido por tenencia ilícita de armas, lesiones y homicidio.
"En ese momento, yo no sabía cuál era la situación de la víctima", asegura el funcionario.
Era menor
Le leyó los derechos al agresor, le pidió la documentación y vio que era menor.
El conductor del metro abrió la puerta y preguntó quién había tirado de la palanca de emergencia.
"Ha habido una agresión, soy guardia civil, llame a la Policía", contestó el agente.
El tren se puso en marcha y llegó rápidamente a Portazgo.
La Policía Nacional llegó unos minutos más tarde acompañados de los vigilantes de la seguridad privada del Metro de Madrid.
Los servicios de emergencias se llevaron al herido, que tenía la cabeza ensangrentada, al hospital Gregorio Marañón.
El amigo del agresor logró escapar con la apertura de las puertas y sigue sin localizar.