Muchos han sido los casos de abusos sexuales por parte de la iglesia que han salido a la luz.
Ahora ha sido una niña de 10 años quien ha grabado los abusos a los que era sometida por parte de un sacerdote.
La niña lo graba todo
Michele Mottola, de 59 años, es un sacerdote italiano que ha sido detenido por la policía después de haber abusado sexualmente de una niña de 10 años en la parroquia San Giorgio en Trentola-Ducenta, una localidad muy cercana a Nápoles.
El cura visitaba de forma asidua la casa de la familia de la niña y con el fin de agradecer las cenas a las que en muchas ocasiones le invitaban no hacía otra cosa que colmar de regalos a la pequeña.
"Pensamos que era una buena persona, era como un amigo", explica la madre.
La pequeña empezó a cambiar su comportamiento pero nada contaba sobre ello. Finalmente, se atrevió y le contó lo que ocurría a dos feligreses pero no la creyeron. "Don Michele me hace cosas, me besa", les dijo. "¿Lo que hacemos Don Michelle y yo se llama sexo?", llegó a preguntarles.
La niña fue de lo más astuta y a sabiendas que no creyeron su testimonio optó por grabar los audios con su teléfono móvil y son realmente escalofriantes. "Te tendría aquí desde la mañana hasta la noche […] ¿Sabes que te amo?", le dice don Michele.
Asustada intentó sacárselo de encima pero no pudo. "¿Tienes miedo? Abrázame, bésame", le seguía diciendo.
Los abusos pararon hasta que volvieron a encontrarse. La pequeña le dijo que le había contado lo que ocurría a dos personas y el cura se preocupó. "Ahora entenderán otras cosas. Las cosas se pondrán muy mal". Se presentó en casa de la niña para hablar con sus padres y les dijo que "Puedes decir mentiras […] Eres como los terroristas suicidas islámicos, lanzando una bomba, matando gente y escapando". Lo que no sabía es que la conversación también estaba siendo grabada y podría volverse en su contra.
Finalmente el sacerdote confesó y la niña dijo: "Me gustaría morir para no ver nada, irme y no sentir a nadie. Me siento más sola que nunca porque nadie puede entenderme".
Cuando el obispo de la diócesis de Aversa, Angello Spinillo, se enteró de lo que ocurría tomó medidas sobre el asunto y lo expulsó de la parroquia además de denunciarlo contra las autoridades. Sin embargo, no ha sido hasta que un medio italiano ha hecho público el caso que se han tomado medidas adicionales contra él.