Los perros cantores son una antiquísima raza de perros salvajes que viven de forma similar a sus antepasados: los lobos.
Desde hace cincuenta años, los perros cantores de Nueva Guinea se consideraban una especie extinta.
Reaparición
Sin embargo, ahora, ha reaparecido para sorpresa de todos en la naturaleza.
Así lo ha confirmado un grupo de científicos en la revista PNAS. (¿Cuál es el único perro del mundo que no ladra?)
Aullidos armónicos
Los perros cantores destacan por ser capaces de emitir sonidos armónicos que se parecen a los cantos de las ballenas.
Ahora, estos extraños canes han reaparecido aislados en las montañas.
El estudio científico
Algo sorprendente, pues el último perro cantor de Nueva Guinea fue visto en 1970. (La razón por la que no debes permitir que tu perro entre en la cocina)
En 2016 fueron vistos quince ejemplares de perros salvajes de las tierras altas (una especie todavía más rara y antigua emparentada con los perros cantores) cerca de Grasberg.
En 2018, los científicos recogieron muestras biológicas de tres de estos perros, extrajeron su ADN y lo compararon con el de los perros cantores que viven en cautividad (quedan entre 200 y 300 ejemplares).
Y se llevaron una sorpresa mayúscula: se trataba de la misma especie.
“La prueba real proviene de los estudios nucleares que muestran que, a nivel de ADN, el perro salvaje de las tierras altas de Indonesia coincide con el de los perros cantores cautivos, lo que quiere decir que este no está extinto en la naturaleza”, destaca Elaine Ostrander, autora del estudio e investigadora en el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano (NHGRI.
“En el árbol de la vida, esto los hace mucho más relacionados entre sí que las razas modernas como el pastor alemán o el bassett hound”, apunta James McIntyre, coautor del estudio. (¿Los perros pueden sufrir anorexia?)
La forma más antigua de los perros
Los perros cantores representan “algunas de las formas más antiguas que adoptaron los perros cuando se separaron de sus antepasados los lobos”.
“Exhiben aullidos tonales inquietantes, con modulaciones frecuentes dramáticas que no son características de ningún otro cánido. Los grupos a veces aúllan en armonías bien definidas”, explica McIntyre.