A pesar de ser consideradas como animales pacíficos, y relativamente adorables, lo cierto es que las ardillas saben demostrar que, además de un aspecto agradable, tienen un carácter complicado y peligroso.
Algo que han podido comprobar en sus propias carnes los vecinos de Bucley, Gales, cuando una ardilla, que vivía en los alrededores del vecindario, atacaba salvajemente a 18 vecinos, que sufrieron mordeduras y arañazos por parte del roedor, obligándoles incluso a acudir a urgencias por sus heridas, y recibir la vacuna contra el tétanos.
Terribles e inesperados ataques de esta ardilla rebelde, con "fuertes mandíbulas", que llevaron a los habitantes del vecindario a tener verdadero miedo a abandonar sus casas y ser atacados por el pequeño animal, que parecía acechar para atacar a la mínima posibilidad, tal y com ha relatado al 'Daily Star' una de las vecinas, Jane Harry, que vivió, junto a su hija Chloe, de 29 años, la agresividad de la ardilla.
"La mordedura la hizo sangrar, y entramos en pánico. Luego, corrió hacia mí" ha recordado la vecina "Fue verdaderamente extraño. Pasamos la Nochebuena en el hospital recibiendo inyecciones contra el tétanos; me sorprendió saber que muchas otras personas también habían sido atacadas".
La ardilla, capturada por una valiente vecina
Ante la desesperación de los vecinos, Corine decidió ponerse manos a la obra para detener a la peligrosa ardilla: "no estábamos a salvo".
"Me sentí increíblemente fuerte al hacer lo que hice, meterla en una jaula" reconoce ahora la valiente ciudadana "ha sido un momento bastante aterrador[...] pero la gente no se sentía segura en su jardín, tenía que hacerlo".
Un momento aterrador para esta vecina que se empeoraba tras la llegada de los expertos veterinarios de la RSPCA, que procedieron a cambiar a la ardilla de jaula antes de llevársela: "la entrega fue espantosa. Tuvimos que transferir a la ardilla a la RSPCA en mi baño, no podíamos arriesgarnos a que se escapara al aire libre nuevamente".
Comportamiento de la ardilla que ahora será estudiado por los expertos, que han explicado que "incidentes como estos" podrían hacer sospechar de un "problema subyacente" en el animal, como "un tumor o crecimiento que podría haber afectado a su cerebro".
