Pablo Iglesias masajeó hace cinco años en 'Otra vuelta de Tuerka' a Gregorio Morán. El politólogo no esperaba que cinco años después el veterano periodista asturiano lo iba a poner como a un trapo desde Voz Pópuli.
"No nos engañemos. No es que la derecha esté ofreciendo batalla en todos los frentes, sino que cada decisión del Gobierno se hace con tal torpeza que constituye una provocación para la ciudadanía. Parece como si se complacieran en provocar o en abrir trincheras, y lo que es más grave, una vez metidos en el charco, en vez de tratar de salir, se gozan en su necedad y achacan su incompetencia al acoso del adversario", explica.
Morán dice que "si el PP programara las acciones del Gobierno para dejarlo inerte y chapoteando no podría hacerlo mejor para sus propios intereses". (Pablo Iglesias llamó "terroristas" a estos cinco personajes públicos... ¡¡Y no pasó nada!! ¿Por qué el 'coletas' tiene que recibir un trato especial?).
"Lo más preocupante dentro de lo inquietante que es todo se reduce a contemplar la servidumbre de la mayoría de los medios de comunicación que aún no acaban de comprender dónde empezó esta otra pandemia de virus laudatorios, sin igual desde los tiempos majestuosos del González", añade.
Palos
El autor de 'Miseria y grandeza del PCE' dice que la especialidad de Iglesias "son las tertulias manidas y los mítines de fieles, donde basta con el lenguaje contundente, por vacío y tópico que parezca".
"Cada mes envejece tanto que a mí me evoca a aquel adelantado de la demagogia populista, don Alejandro Lerroux, ya sea en su incipiente trayectoria política -no es poca cosa ser vicepresidente aunque sea en un Gobierno de Pedro Sánchez-, como en la vida personal", explica Morán. (La desmemoriada Irene Montero se lleva un glorioso rapapolvo de Federico Jiménez Losantos a cuenta del FRAP).
El pèriodista aprovecha la columna para destrozar a los medios: "Se está escacharrando lo única defensa de la ciudadanía ante la estulticia y la violencia: los medios de comunicación. Es verdad que viene de lejos, pero los efectos no eran tan letales como ahora. La tribu de la escritura tuitera y la palabra tertuliana se dedica horas y horas a ponerle marcos de lujosas frases a las más vulgares inclinaciones políticas".