La pandemia del coronavirus sigue amenazando la estabilidad social, sanitaria y económica de todos los países, a nivel mundial.
Una situación que se esperaba poder paliar en gran medida con el desarollo de la vacuna contra el Covid-19 y su comercialización; sin embargo, la aparición de las variantes Covid-19, pricipalmente la variante delta, ha dificultado el final de la pandemia.
Pero las variantes del virus de Wuhan no son lo único que preocupa a los expertos: y es que los 'supercontagiadores' también se han convertido en un complicado foco de expansión del virus, que presenta serias dificultades para ser detectado.
Tal y como ha explicado a TASS el jefe de la sucursal del Centro Científico Estatal de Virología y Biotecnología Véktor, de Ekaterimburgo, Alexánder Semiónov, un paciente estándar del Covid suele contagiar a entre dos o tres personas, que se convierten en seis con la variante delta. Algo que se multiplica en el caso de los superpropagadores, que pueden infectar a cientos de personas.
Uno de los casos más brutales de supercontagiadores, tal y como ha explicado Semiónov, se ha producido en Rusia, donde "hay un caso máximo de superspreading o superpropagación, cuando una persona infectó a 1.500 personas a la vez".
La normativa Covid marca la diferencia
"Desafortunadamente la contribución de los superpropagadores a la infección de las personas es bastante grande"lamenta el experto ruso.
Una contribución que solo puede ser contenida con las medidas de prevención impuestas, a nivel internacional, contra el Covid-19: la utilización de la mascarilla sanitaria, y el mantenimiento de la distancia social.
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"Con el desprecio por las normas de distanciamiento social se crean oportunidades para la superpropagación de la infección" destaca el ruso, que advierte que la falta de concienciación y responsabilidad ciudadanas pueden provocar la infección " de una gran cantidad de personas".