Un preso rechaza la inyección letal y es ejecutado en la silla eléctrica

Edmund Zagorski prefirió unos segundos de "dolor insoportable" en la silla eléctrica a una larga agonía con la inyección letal.

02 de Noviembre de 2018
Un preso rechaza la inyección letal y es ejecutado en la silla eléctrica
Un preso rechaza la inyección letal y es ejecutado en la silla eléctrica

Edmund Zagorski, reo de 63 años del corredor de la muerta de Tennessee, murió a las 7:26 horas de la tarde en la silla eléctrica por petición propia.

Zagorski rechazó la inyección letal, el método que se ha ido imponiendo como más compasivo en los Estados que mantienen la máxima pena, y pidió expresamente ser electrocutado.

Según han explicado sus abogados, el preso se vio forzado a tomar "una terrible decisión" por un cálculo espeluznante acerca de la inyección letal.

El magistrado aseguró que con la inyección letal podía vivir los 10-18 últimos minutos de su vida con una terrible agonía mientras que con la silla eléctrica solo sentiría "un dolor insoportable" durante 15 o 30 segundos.

La única salvación para el reo de 63 años era que el Tribunal Supremo de Estados Unidos retrasase la ejecución, algo poco probable ya que había rechazado revisar su caso a principios del pasado mes de octubre.

Las últimas palabras de Zagorski fueron "que empiece el rock and roll". Posteriormente, los agentes le prepararon para la ejecución mientras el reo sonreía a su familia que se encontraba despidiéndose de él.

Kelley Henry, su abogada, relató sus últimos minutos de vida

Su abogada le devolvió la sonrisa y se golpeó el corazón. "Cuando haga eso significará que te llevo en mi corazón", señaló Kelley Henry a la prensa tras certificarse su muerte.

A continación, se cubrió la cabeza del hombre con una capucha negra para que los testigos no viesen su rostro desfigurado por el dolor y se procedió a la ejecución.