Es una de las noticias más comentadas en el mundo del deporte: el fallecimiento de Rickey Bibey, una de las estrellas más conocidas del rugby británico, se ha producido a los 40 años por culpa de un infarto. El jugador, ya retirado, ha perdido la vida en un hotel italiano, en la habitación que compartía con su pareja. Este destino vacacional se ha convertido en el último de Bibey, cuyo fallecimiento está rodeado por una historia más oscura que la de un simple infarto.
Tanto Bibey como su novia se habían desplazado a Italia para unas vacaciones en pareja. Estaban alojados en uno de los mejores hoteles de todo el país, y todo parecía marchar relativamente bien. Nada más lejos de la realidad: una noche, después de una fuerte discusión, Bibey comenzó a agredir a su pareja y se enfureció tanto que no se detuvo e inició una paliza que finalmente significaría la muerte del propio Bibey.
En medio de la brutal agresión que le estaba propinando a su mujer, Bibey sufrió un infarto y cayó al suelo fulminado, falleciendo prácticamente en el acto y mucho antes de que su esposa pudiera llamar pidiendo ayuda. Cuando los servicios de emergencias llegaron a la habitación de hotel que compartían el exjugador de rugby y su pareja Jennie Platt se encontraron una escena horripilante: "el hombre fue encontrado con una serie de cortes, contusiones y otras lesiones en su cuerpo y también encontraron a la mujer, aunque ella estaba más gravemente herida. El hombre parecía haber tenido algún tipo de convulsión".
Esta escena no permitió aclarar las circunstancias del fallecimiento de Rickey Bibey hasta casi tres semanas después, cuando la fiscalía que investiga el caso pudo finalmente interrogar a Jennine Platt acerca de los eventos que sucedieron aquella noche. Tanto la novia de Bibey como el abogado de la misma aseguran que allí se estaba produciendo un acto de violencia machista y que Bibey había fallecido por el infarto provocado por los intentos de darle una paliza a su pareja.
La versión de Jennine Platt comienza a cobrar más sentido después de la minuciosa examinación de las pruebas por parte de las autoridades policiales, quienes en primera instancia pensaron que la muerte del exjugador de rugby se había producido por una práctica sexual que había acabado de la peor manera. Sin embargo, los antecedentes y los testimonios de varios testigos acerca del errático comportamiento de Rickey Bibey antes de su muerte dan credibilidad y solidez a la historia de Platt.
Además de las operaciones que ha necesitado realizarse según su abogado para intentar recomponer su estado de salud, Jennine Platt ha recordado que la noche del fallecimiento de Bibey, este estaba fuera de control y no respondía a ningún tipo de razonamiento lógico, por lo que se hacía peligroso estar el misma habitación que él debido a su fuerte complexión.
No solo Jennine Platt apunta al errático comportamiento de Bibey, sino que varios clientes y empleados del hotel italiano donde estaba alojada la pareja señala que el comportamiento y actitud del exjugador de rugby distaba mucho de una persona apaciguada y en sus cabales. Los investigadores tuvieron acceso al historial clínico del exdeportista, donde se puede leer claramente que había estado entrando y saliendo de diferentes clinicas de rehabilitación mental, en algunos intentos sin demasiado éxito: "Rickey había sufrido problemas de salud mental en los últimos tiempos y experimentó una grave recesión en los últimos seis meses. Había estado entrando y saliendo de varios centros, y ese viaje era para intentar que volviera a encarrilarse, pero terminó en tragedia". Estas palabras de un amigo de la víctima ilustran perfectamente lo que sucedía dentro de la mente de Rickey Bibey.