El Servicio de Emergencias Médicas de Cataluña tiene a un enchufadillo como responsable que percibe un salario de 95.000 euros y que factura anualmente 40.000 euros en taxis. Hay que subir los impuestos para pagar los taxis de Antoni Encinas y a todos los enchufados del Procés.
A Vox no le ha pasado por alto la situación de Antoni Encimas, el jefe del SEM en Cataluña y ha lanzado una pregunta al Parlament interesándose por su salario de 95.000 y por los gastos en taxi de 40.000 euros que ha declarado.
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Le costará sacar el agua clara. Partiendo de la base de que la presidenta del Parlament, Laura Borràs, está procesada por corrupción, le va a ser difícil a Vox acabar con las corruptelas que se ha encontrado en su entrada en la cámara catalana.
El caso de Encinas es uno más dentro del merchandising que se ha creado alrededor del negocio del Procés. Todos callan y el chanchullo como medio de vida para muchos sigue en pie. De hecho no es más que la continuidad de los mangoneos de Jordi Pujol que tuvieron su punto álgido después con el hábito del 3%... Hasta que ha aparecido Vox en el Parlament catalán.
Vox denuncia el escándalo
Y a Vox le ha faltado tiempo para denunciar la situación con 6 altos cargos (3 de nueva creación) vinculados a ERC que reciben un bonus de hasta 71.000 euros / año. Más de 1 millón destinado a vehículos de alta gama para los cargos intermedios y altos cargos del SEM.
Casi 14 millones destinados a la empresa Ferrovial para gestionar de forma nefasta la central telefónica del 061. Únicamente el 17% de la plantilla que gestiona el 061 tiene un contrato a tiempo completo pese a la necesidad de personal.
1 millón destinado a la creación de 27 hospitales de campaña que no se han podido utilizar por falta de generadores y equipación interna.
Y 40.000 euros empleados por el señor Encinas en taxis pese a disponer de un vehículo de empresa dedicado a la alta dirección, sumado a la estancia en hoteles de alto standing durante los primeros 7 meses de pandemia.
Mientras tanto, el personal anestesiado con la tontería del Consell de la República y las inútiles embajadas que sólo generan gastos a cambio de propaganda.