Florentino Pérez, que ha hecho un esfuerzo de 303 millones este verano para reforzar la plantilla del Real Madrid, no duerme tranquilo. El inicio de temporada no ha respondido a las expectativas generadas por las nuevas adquisiciones y él está muy mosqueado.
El presidente blanco no tiene intención de inmiscuirse en las funciones de Zinedine Zidane, a quien dio plenos poderes para hacer y deshacer cuando fue a buscarle como mejor solución para los males de un equipo que iba a la deriva con Lopetegui y Solari. Pero sí va a llamar al orden al técnico y los jugadores si el equipo no se encarrila en la mejor vía para conseguir todos los objetivos marcados.
Florentino espera que el equipo reaccione de inmediato, no está dispuesto a caer en la autocomplacencia del pasado año y si los resultados no acompañan hablará seriamente con Zidane. Le pedirá explicaciones por los jugadores que han llegado y por los que se han ido.
Ceballos, Hazard y MIlitao le quitan el sueño al presidente
El presidente no ha acabado de encajar la salida de Ceballos, un jugador en el que tenía depositadas muchas esperanzas. Venía de ser el mejor jugador del Europa Sub 21, pero no sirve para el Real Madrid de Zidane. Su marcha dolió especialmente a Florentino. Y le pedirá explicaciones por Militao, al que todavía no le ha dado un minuto en los tres partidos oficiales que ha jugado el Real Madrid y que anoche jugó con Brasil con muy poca fortuna.
Y sobre todo querrá saber qué pasa con Hazard, el gran fichaje de esta temporada. El presidente tiene información de primera mano y sabe que Hazard inició la pretemporada con ocho kilos de más, que fue sometido a un plan específico para ayudarle a recuperar la mejor forma y que a estas alturas le siguen sobrando cuatro kilos para alcanzar su nivel más óptimo.
Florentino ha hecho una inversión de 100 millones en Eden Hazard y espera un retorno inmediato en el terreno de juego. La pretemporada no ha sido afortunada para él y todavía no se ha estrenado en La Liga por culpa de una lesión. Hazard llegó al Madrid para recoger el relevo de Cristiano Ronaldo como líder que tiene que tirar del equipo. Pero su estado físico preocupa. Y el presidente no quiere que se le vaya el tema de las manos.
Presidente y entrenador tienen prevista una cumbre para analizar los primeros meses de la temporada, estudiar los problemas que se hayan planteado y encontrar las correspondientes soluciones. Zidane sabe que el presidente está nervioso y en sus manos está poner orden en un Real Madrid que se parece más al equipo tristón de las dos últimas temporadas en La Liga que al que arrasaba con él en Europa hace unos pocos años y con muchos de los jugadores que todavía forman parte de la plantilla blanca.