Antonio Anglés, el asesino de las niñas de Alcàsser, sigue provocando quebraderos de cabeza a la justicia española, que no sabe donde se esconde desde hace más de dos décadas.
Desde el 13 de marzo de 1993 no se sabe nada de él y las autoridades policiales siguen buscándole a pesar de que en un primer momento se propagó que había muerto durante su fuga. (Hay novedades en el caso del crimen de Alcásser: ¡¡A la espera de las pruebas de ADN!!)
Ahora, una jueza de Alzira ha reabierto el caso, a petición de la Policía, para esclarecer si Antonio Anglés pudo burlar a las autoridades policiales con ayuda de un marinero.
Antonio Anglés, que todo apunta a que está vivo según los investigadores, se coló en un barco como polizón y entregó documentación falsa cuando se presentó ante el capitán. Según su relato, utilizó la identidad de Carlos Joaquim Carvalho Gonzales, el toxicómano que le dio cobijo en el puerto de Lisboa.
El capitán Kenneth Farquharson, al percatarse que la documentación era falsa, le encerró en un camarote. Al llegar a Dublín, avisaron a las autoridades, que entraron en el barco para llevárselo pero ya se había escapado.
La policía inglesa, que aún le tiene como uno de los delincuentes más buscados, interrogó a la tripulación pero sin mucho ímpetu. De hecho el informe del interrogatorio tardó tres años y ocho meses en llegar a los juzgados españoles. (¡¡Se avecinan novedades sobre el horrible crimen de las niñas de Alcásser!!)
La declaración del capitán
El capitán del barco quiere cambiar su relato 27 años después de que le vieran por última vez. Ahora, asegura que uno de los marineros le ayudó a escapar ya que el camarote en el que estaba encerrado lo sellaron para que no pudiese salir.
Desde su desaparición, varias personas han avisado a las autoridades para desvelar el paradero de Anglés aunque en ninguno de los casos (Japón, Brasil, Uruguay...) era él.