Traiciones, mentiras y engaños: La tormentosa relación de Encarna Sánchez e Isabel Pantoja

Encarna Sánchez e Isabel Pantoja vivieron una relación de lo más intensa y tormentosa.

18 de Abril de 2019
Traiciones, mentiras y engaños: La tormentosa relación de Encarna Sánchez e Isabel Pantoja
Traiciones, mentiras y engaños: La tormentosa relación de Encarna Sánchez e Isabel Pantoja

No todos los que rodearon a Encarna Sánchez opinaban lo mismo de la locutora. Cosa lógica. Pero está claro que los puntos de vista de cada uno de ellos hacían ver la misma realidad desde diferentes perspectivas. Es el caso de Pedro Pérez, para quien la figura de Isabel Pantoja fue de lo más negativo que envolvió la vida de su jefa. Pedro vivió muy de cerca los últimos meses de vida de la locutora. El siguiente relato es suyo. Se trata de unas declaraciones grabadas que les paso a contar, referidas, cómo no, a Isabel Pantoja.

A principio de 1990, Encarna Sánchez e Isabel Pantoja iniciaron una relación. La locutora se enamoró perdidamente de la tonadillera, pero Isabel buscaba en Encarna lo mismo que ha buscado a lo largo de su vida en sus relaciones, sencillamente sanear su economía. Encarna Sánchez ejerció de protectora de la tonadillera; todo aquel que se metiera con Isabel o no gozara de la simpatía de la locutora, se tenía que ver la cara con ella, como le ocurriera a Rocío Jurado. Puedo asegurar que esta relación fue más allá de la pura amistad y que entre ambos hubo una relación de pareja de puertas para adentro. Encarna nunca ocultó sus verdaderos sentimientos. En La Moraleja, la tonadillera disponía de su habitación junto a la de Encarna, la que siempre había ocupado Nuria Abad”.

Se ha comentado por activa y por pasiva que pronto Isabel Pantoja iba a sacar provecho de su relación con Encarna Sánchez. La tonadillera le hizo saber a la locutora la existencia de un embargo sobre Cantora; algunos dicen que la cifra superaba los 100 millones de pesetas, otros, que los 90, pero la realidad es que Encarna le prestó 70 millones de pesetas para hacer frente a dicha deuda. Fuentes cercanas a Encarna Sánchez me aseguran la inexistencia de dicho embargo y que la tonadillera utilizó ese argumento para sacarle a la locutora una sustanciosa cantidad de dinero, y que ésta no iba a ser la única vez.

La cantante sabía cómo camelar a su Encarna. Imagino que de existir el embargo de la finca La Cantora, alguien del entorno de Paquirri debería de estar al corriente. Pero el hermano Antonio Rivera Pérez en una entrevista que le realicé, me aseguró que él jamás supo de esa deuda. Y es más, me dice: 'Va a resultar que después de tantas corridas y del tremendo trabajo que su hermano realizó, lo tenía todo hipotecado y embargado. O sea que si existía alguna hipoteca o embargo no sería sobre Cantora'.

Comprobar este detalle era bien sencillo, así que me puse en contacto con el registro de la propiedad de Medina Sidonia y la respuesta fue inmediata, me informaron que sobre la finca Cantora no existía anotación alguna de embargo, 70 millones a los bolsillos de la tonadillera. Pero no todo acaba ahí, hay que recordar la casa de La Moraleja de la tonadillera que algunos dicen ayudó Encarna a comprar y otros que aseguran se la compró la locutora eso representan 80 millones más, suma y sigue.



Si vamos sumando, la relación de Encarna Sánchez con la tonadillera le resultó un poquito cara a la locutora, la suma de los “imaginarios” embargos y lo desaparecido ya suman casi los 200 millones de las antiguas pesetas. Hay un hecho por demostrar y son las cajas de caudales en Montecarlo, donde las malas lenguas afirman que tenían conjuntamente Isabel, María Navarro y Encarna Sánchez y que de ellas sacaron algo que no les pertenecía y que la locutora armó la marimorena.

Encarna debería estar acostumbrada a esos hechos ya que, recordemos, los trapos sucios de su relación no los podía airear, y de ello se aprovecharon todos. Pedro Pérez me aseguró que este suceso trajo cola, y se mantuvo una discusión acalorada entre las tres mujeres “¡Sé que me habéis robado!”, cuenta que decía Encarna, pero Pedro no sabía el qué. Lo que me dice que si llegó a escuchar a Encarna fue decir; “Habéis estado en Montecarlo y sé que…”. El resto de la conversación no pudo ser oída. Lo que otras fuentes me han comentado es que posiblemente fueron otras cosas las que había en la caja de ese banco.

Además, La Pantoja tenía una oficina en la madrileña calle O´Donnell, de 105 metros cuadrados, en la que figuraba la sede de una de sus empresas, la sociedad Pantomar SL. Encarna acabó comprando el inmueble a su amiga, para convertirlo en la sede de Stilo Tridimensional.

Otra estafa de Isabel a Encarna

El 14 de febrero de 1994, Isabel Pantoja vendió a Encarna Sánchez la finca La Garza, perteneciente al legado de Francisco Rivera Pérez Paquirrin. La finca fue lo único que el torero dejó a Isabel para cubrir los gastos que se originasen con el testamento; el resto, lo legó a sus hijos y su familia, con la condición de que ninguno de estos bienes podría ser vendidos hasta la mayoría de edad del pequeño de sus hijos, Francisco José Rivera Pantoja.

Se han contado muchas historias en torno a esta venta, pero quiero que el lector sepa la realidad de los hechos y se olvide de especulaciones, rumores o invenciones que muchos medios han publicado. Encarna Sánchez tenía conocimiento de las andanzas de Isabel con María del Monte, ella ya sabía la gravedad de su enfermedad y pensó que su Isabelita había encontrado una nueva “presa” y era el momento de pedirle la devolución de todos los préstamos que la locutora había realizado a la tonadillera incluidas las joyas que jamás le devolvía. Por ejemplo, podemos comprobar en la escritura de compraventa de la finca La Garza, se hace mención a que el valor de la misma es de 20 millones de pesetas, los cuales Isabel Pantoja ya había recibido con anterioridad.

A la muerte de la locutora. La Garza pasó a ser propiedad de Clara Suñer, heredera universal de Encarna, aunque ya sabemos que no por voluntad de ella, sino porque su último testamento nunca apareció. Cuando Clara Suñer fue a tomar posesión de la propiedad, se encontró que ésta estaba arrendada por Isabel Pantoja, a pesar de no ser la propietaria, a los ganaderos Vilariño Fontecuba por un largo periodo y un dinero que naturalmente percibía La Pantoja.



Pedro Bonilla, gestor de Encarna y principal protagonista en el reparto de los bienes de la Señora, y en la creación de los entramados de sociedades con testaferro incluido etc, me comentó en una de las conversaciones que mantuve con él, que tuvieron que esperar la finalización del contrato de arredramiento para gestionar los trámites para Clara como propietaria de la misma. Pero lo increíble de toda esta historia para no dormir es que “la gitana” cobró la totalidad de los arrendamientos, cosa que no le correspondía desde el mismo día de la venta a Encarna de la finca el 14 de febrero de 1994.

Pero el culebrón no se acaba aquí, En el registro de la Propiedad de Medina Sidonia, en el año 2009 cuando quien escribe este articulo estaba elaborando la biografía de la locutora la mencionada finca figuraba como propietaria de la misma Carmen Ordoñez Fernández Lucas, mostramos en exclusiva para este Diario las anotaciones registrales de la finca La Garza.

Pedro Bonilla me cuenta que tuvo que hacer un contrato privado con los ganaderos “vendiéndose” dice él. Ya me explicará cómo se puede vender algo que no está registrado a tu nombre. Pero de este gestor poco o nada es creíble. Lo que se hizo fue un contrato de cesión muy por debajo de lo que Encarna pagó por la finca, aun así no lo acabo de entender, por quién cede ni por quién compra. Que no se hagan los tontos los hermanos Vilariños, que cuando Clara y yo fuimos a verlos le explicamos la situación registral de la finca y se la vendimos por cuatro duros. Pero él sabe quién es la propietaria legal de La Garza —Y yo también Sr Bonilla, ni Pantoja, ni Encarna ni su heredera Clara Suñer, la que consta en el Registro repito es Carmen Ordoñez, le dije—.

Quise contrastar esta noticia con Ángel Vilariño Fontecuba, actual “propietario”, por decir algo, de La Garza, indicándole y haciéndole saber la verdadera propietaria. Su reacción fue inmediata y sus palabras fueron éstas: “Si usted hace el mínimo comentario de esto en cualquier medio de comunicación, le juro que España se va hacer chica entre usted y yo”. Pero todos estos individuos que nos han querido vender la moto no saben que, con anterioridad a mis llamadas, ya había tenido una conversación con el mayoral y el secretario del Sr. Vilariño, que me confirmó que fueron conocedores del engaño cuando su jefe quiso registrar La Garza y no pudo. Y ellos consideran que habían sido engañados por Pedro Bonilla y por la heredera de Encarna, Clara Suñer.

La consecuencia de la venta y más detalles

¿Sabía Isabel Pantoja las consecuencias que iba a provocar la venta de La Garza a Encarna Sánchez? Paquirri solo le dejó a Isabel Pantoja una propiedad, como ya he explicado anteriormente el uso que se debía hacer con la venta de ella. El valor estimado de la finca en aquel momento era de nueve millones de pesetas, pero hay otra finca, Los Rosales, que el torero legó a sus hijos Francisco y Cayetano, hipotecada por los albaceas para hacer frente a los gastos originados por el testamento. Algo falla… ¿No debía ser la venta de La Garza con la que se hiciera frente a esos gastos?

No acaba aquí la cosa, que es algo más complicada. Esto que voy a relatar a continuación lo hice en directo en el programa televisivo A Tu Lado, y lo quise hacer en presencia de Kiko Matamoros, quién al contarlo me miró y dijo: “Esto que cuenta Julio es algo que jamás había trascendido, yo lo sabía porque fue un tremendo palo para Carmina”. Carmen Ordóñez le pidió a su padre Antonio Ordóñez que vendiese la finca El Garlochín y que con el ingreso de esa venta levantase la hipoteca de Los Rosales y así tanto Francisco como Cayetano podrían heredar lo que su padre les legó. Antonio Ordóñez vendió la finca y se quedó con el dinero, los hijos de Paquirri Francisco y Cayetano Rivera Ordoñez, no recibieron nada del testamento.

Alguien me dejó caer que Paquirri tenía en la caja fuerte unos cuarenta millones de pesetas, según una conversación que el torero mantuvo con su padre cuando éste le pedía que se retirase ya de los toros. En esa caja fuerte se suponía que estaba el dinero, y además se debían encontrar también las escrituras de otra finca, El Guatito, que estaba embargada casualmente por la misma cantidad de dinero que se supone había en la caja, y con la que Francisco Rivera Pérez iba a liquidar el embargo. Lo que no se sabe es a quién le fue adjudicada, pero eso, como todos sabemos, es muy fácil de saber.





Antonio Rivera, hermano de Paquirri

El testamento del torero Paquirri ha sido uno de los temas estelares del corazón. Encarna Sánchez no es protagonista del mismo, pero sí una víctima económica como consecuencia de su relación con Isabel Pantoja. Antonio Rivera, el hermano de Paquirri, acudió a uno de estos programas de televisión, pero presionado por el entorno de Isabel Pantoja no se atrevió a contarlo todo. Si lo hizo tiempo después en conversación telefónica conmigo.

Cuando llegamos a Cantora no sabes tú la que se armó al comprobar que la caja fuerte había sido abierta por un cerrajero a petición de Isabel Pantoja, ni los 40 millones de pesetas ni las escrituras del Guatito estaban allí, y Julio te digo una cosa esta “gitana” hace las cosas sin pensar o sin saber lo que hace. Es tan fácil saber lo que sucedió como ir al Registro de la Propiedad de Medina Sidonia, cosa que hicimos nosotros y comprobar quién se adjudicó en subasta pública por preferencia, dicha finca, naturalmente la familia Rivera no fuimos sólo quedaba como preferencia la viuda".

“Mucho daño hizo esta mujer, que ni tan siquiera aceptó la voluntad de mi hermano y perjudicó los intereses de mis sobrinos, dejándolos sin nada de su padre. No quiero decirte la de cosas que había en la caja, como joyas de mi hermano y alguna que otra cuenta corriente en Sudamérica”

Y acaba: “¿No te jode que ésta en su día le pidiera a Encarna Sánchez 70 millones de pesetas, para levantar una hipoteca que pesaba sobre Cantora? Mentira, esa finca jamás estuvo hipotecada”. Efectivamente, comprobé las palabras de Antonio Rivera y en el registro de la Propiedad de Medina Sidonia me confirmaron que entre 1990 y 1996, la finca Cantora no tuvo anotaciones registrales, ni embargo alguno por hipoteca. En 2009 sí existía, desde 2003, una hipoteca por valor de 2.700.000 euros. Aunque alguien de un banco me comentó que mucha gente paga las hipotecas y no hacen la escritura de levantamiento, porque no les interesa… A saber.



Defraudada por Isabel

En su delirio, Encarna comenzó a no saber qué decía. Tiraba por tierra a los que la ayudaban y se mostraba insolente con la gente de buena fe que la rodeaba, Con Isabel Pantoja fue especialmente dura, de ella llegó a decir: “Me siento defraudada con ella, siempre me ha utilizado y yo era consciente. Ella sólo me quería por mi dinero y mi posición”. Son palabras repetidas a Inmaculada la sirvienta, con quién se desahogaba a menudo. Uno de esos días le dijo: “Yo la creé de nuevo, pero en el fondo Isabel Pantoja sigue siendo una gitana”.

Durísimas palabras, no se sabe bien si fruto de la enfermedad o de los celos. Porque unas fechas antes, junto a los componentes de la mesa camilla fueron a comer como era habitual cada semana al Restaurante Portobello. Fue allí donde Encarna se llevó el mayor desengaño de su vida, en la pared había una fotografía de Isabel Pantoja, María del Monte y Teresa Pollo, ella sabía que si estaba allí era intencionadamente y no encajó bien el mensaje de Isabel. Quizás la tonadillera no encajó nada bien el cierre del grifo y la petición de la locutora para que le devolviera todos los préstamos y joyas en su poder.